Es la energía pura, el éxtasis de disfrutar del proceso de integración de la experiencia simbólica y sensorial en el interior y la comprensión interna-externa. Conexión de lo que está «dentro» y «fuera», experimentación del todo, disolución de las fronteras y la diferenciación (el Ain Sof).

Simboliza el conocimiento intuitivo (metarracionalidad y sincronías), la mente que se «impregna» de la realidad a través de la observación de lo intangible. Es la conciencia del Universo. Se mueve en el mundo simbólico, arquetipal.

Simboliza la inteligencia racional, que nos da seguridad y convicción. Permite el tránsito del mundo de la Inteligencia Divina hacia mundos más inteligibles. Se mueve en el mundo de los conceptos categoriales, que permiten integrar la experiencia.

Equilibrado: la persona es coherente al aplicar la razón a su vida, dejando espacio al devenir de los acontecimientos. Es el afán de gobierno de la propia vida conforme a un realismo saludable.

Desequilibrado: la persona muestra perfeccionismo y afán por el control.

Representa la capacidad de dar a los demás.

Equilibrado: existe una sana relación entre el dar y el recibir.

Desequilibrado: la persona solo sabe dar (sin límites), no sabe poner límites o es incapaz de pensar para sí misma.

Capacidad de poner límites a los demás y a sí mismo.

Equilibrado: la persona sabe discernir lo que le conviene y lo que no le conviene, sabe decir «no».

Desequilibrado: puede existir una excesiva contracción o incapacidad para dar.

Es el amor a uno mismo (la autoestima)

Uso del lenguaje emocional, musical o artístico.

Equilibrado: capacidad para transmitir lo emocional con ponderación.

Desequilibrado: la persona se concentra en la dimensión emocional y olvida su Esencia.

• Por exceso: víctimas de lo emocional. Se confunde la Identidad con la faceta emocional.
• Por defecto: la persona no valora la dimensión emocional como parte inherente y  constitutiva del Ser.

Es el lenguaje estructurado y la comunicación.

Equilibrado: persona que realiza un uso adecuado del lenguaje (al servicio de un Fin Superior).

Desequilibrado: se utiliza el lenguaje para el beneficio propio (usar la mentira y la manipulación) o existen problemas para la comunicación real.

• Por exceso: fijación, obsesión por el lenguaje (se considera como fin en sí mismo, no como medio). Consecuencia: el lenguaje deja de ser un vehículo y se convierte en mensaje «sin alma», desprovisto de «corazón».
• Por defecto: no hay transmisión del mensaje, bien por incapacidad o por falta de credibilidad. Consecuencia: distorsión en la comunicación.

Relaciones sociales y el ego; representa la pulsión sexual y cómo me muestro a los demás.

Equilibrado: cuando no te afecta la crítica o el elogio de los demás.

Desequilibrado: problemas para diferenciar el verdadero Yo (el Ser) de su dimensión social (Yo social).

• Por exceso: persona dependiente de lo social.
• Por defecto: persona antisocial.

Mi percepción de la materia y el mundo físico: cómo me siento con mi cuerpo y con lo que tengo. 

Equilibrado: la persona está feliz con lo que tiene, entiende la materia como un instrumento para llegar al Ser.

Desequilibrado: se confunde el ser con el tener.

• Por exceso: «deseo tener mucho» (materialismo).
• Por defecto: «no me interesa lo material»